Odio hablar por teléfono.

No tienes ni idea de con cuantas empresas he decidido no trabajar o hacer negocios, simplemente porque requerían que hiciera llamadas para hacer pedidos, reuniones, llamadas de ventas, etc.

Cuando hablamos de comida a domicilio, tengo mayor preferencia por aquellos restaurantes que me permiten hacer el pedido por internet.

Si el teléfono suena, la única manera de que yo responda es si la llamada viene de alguien que yo conozca.

Si el teléfono es «desconocido» o no está en mi agenda, es muy posible que no responda a la primera.

Sé que no soy el único introvertido que odia las llamadas telefónicas y que hay muchas personas como nosotros que en realidad sienten que hablar por teléfono les produce algún tipo de agobio o ansiedad.

¿Pero, por qué la mayoría de los introvertidos odiamos tanto hablar por teléfono?

Por qué los introvertidos odian hablar por teléfono

Lo primero de todo es que el sonido del teléfono es increíblemente intrusivo.

Es como una alarma del despertador o un bebe llorando que demanda atención ¡INMEDIATA!

Tenemos que cambiar de marcha rápidamente, mover nuestro foco de atención de lo que estamos haciendo (y cuando tú estás inmerso en un pensamiento profundo, eso es realmente irritante).

Además, no tenemos tiempo para prepararnos mentalmente para la conversación, lo cual, para los introvertidos, es como si nos estuvieran sacando una muela.

Muchas llamadas telefónicas (o por lo menos los momentos iníciales) están llenas de conversaciones triviales.

Ya que la mayoría de los introvertidos no son muy fanáticos de las conversaciones triviales, esto hace que la conversación empiece de manera incómoda inmediatamente.

Esta conversación poco importante parece falsa y nosotros terminamos pensando cuanto tiempo es necesario para ser cortés antes de pasar a la conversación “real.”

No somos los mejores amigos del teléfono.

Hablando en términos generales, tenemos una tendencia a tomarnos nuestro tiempo para pensar las cosas y responder.

Estas pausas prolongadas e incómodas no se traducen de la manera más correcta cuando estás al teléfono.

Cuanto más charlatán sea nuestro interlocutor, menos podremos decir y eventualmente, nos aburriremos y nos daremos por vencidos en vez de tratar de mantener la conversación viva.

El lenguaje no verbal (es decir lenguaje corporal) es realmente importante en la conversación.

Los introvertidos dependen mucho en sus habilidades de observación y no poder hacer eso en una conversación telefónica es realmente frustrante.

No podemos examinar la expresión de nuestro interlocutor para poder darnos cuenta sus verdaderos sentimientos, ni tampoco podemos anticipar cuando van a hablar para evitar interrumpirlos.

Muchos introvertidos ya consideran la interacción social como demasiado incómoda; y mucho es peor cuando eliminamos la pista de la ayuda visual.

Enfocar la increíblemente complicada mente de un introvertido en la naturaleza intangible de una conversación telefónica puede resultar increíblemente difícil.

Hay mucho ocurriendo al mismo tiempo en nuestras cabezas. Agrégale una conversación insustancial y puede que sea demasiada información para nuestro gusto.

Es tan agotador que a veces nos lleva a desconectarnos y concentrarnos en nuestros propios pensamientos.

Esto, a su vez, causa que debamos concentrarnos nuevamente y volvamos a la conversación.

De más está decir, que nuestro compañero al otro lado de la línea puede que no reciba la atención que se merezca.

Como hablar por teléfono con (un poco de) facilidad

Por mucho que lo odiemos, hay veces que hablar por teléfono es necesario.

Ya sea que necesitemos realizar una cita o reclamar alguna cosa, necesitamos armarnos de valor y hacer las llamadas.

Afortunadamente, hay algunas maneras de lograr que el proceso de hablar por teléfono sea menos doloroso.

Ten un plan

Si necesitas hacer una llamada relacionada al trabajo, prepara con antelación un par de puntos de conversación por escrito antes de la llamada.

Esto te ayudará a evitar silencio incómodo o tartamudear con tus propias palabras.

Encuentra un lugar tranquilo y privado para realizar la llamada.

La tranquilidad te asegurara que no serás interrumpido y la privacidad significa que no tendrás que preocuparte por ser escuchado.

También es una buena idea tener una libreta a mano para poder tomar notas si algo de lo que se dice durante la duración de llamada es importante y no lo quieres olvidar.

Organiza tus llamadas

Para llamadas con amigos o parientes, tener un horario es mutuamente beneficioso.

Ponte de acuerdo en un horario en que ambos esteis disponibles y anótalo en tu agenda.

Ellos sabrán que realmente vas a atender sus llamadas, y tú tendrás tiempo suficiente para prepararte para la conversación.

Colorea o garabatea

A pesar de que parezca contraproducente, la multitarea te puede ayudar a mantener tu cabeza dentro de la conversación.

Elije una tarea sencilla que pueda hacerse sin pensar demasiado, como garabatear/colorear, limpiar la casa, peinar a tu mascota o hacer un rompecabezas.

Esto también te ayudará a sacar la ansiedad de estar hablando por teléfono.

Mantendrás la parte incansable de tu cerebro ocupada mientras mantienes el enfoque en la conversación.

Ten una recompensa

Incluso cuando estás hablando por teléfono con un ser querido las llamadas no son lo que más te gusta hacer.

Y como en todas las otras tareas que odias, la cuestión es motivarte a ti mismo.

Una manera de motivarte es planificar una recompensa que puedes disfrutar una vez que hayas terminado la conversación.

Puede ser un trozo de pastel, una bebida o simlemente unos minutos de tranquilidad post llamada.

Como no agobiarte con el teléfono

Hacer una llamada de vez en cuando no quiere decir que las llamadas telefónicas tengan que copar tu vida.

Si estás buscando maneras de hacer que el incesante sonido del teléfono cese, sigue leyendo.

Apaga el sonido de tu teléfono movil o cambia el tono de llamada a algo relajante o divertido.

Graba un mensaje de voz que le diga a la persona que llama que te puede mandar mensaje o un correo electrónico.

Cuando rellenes formularios con información de contacto, provee tu dirección de correo electrónico en vez de tu número de teléfono siempre que sea posible.

Si estás llamando a una empresa (o persona) la cual no quieres que tenga tu número de teléfono, puedes ocultar tu número de manera relativamente sencilla.

Cuando le das tu teléfono a un amigo, hazle saber que probablemente no atiendas el teléfono y qué prefieres que te manden un mensaje de texto o un Whatsapp.

Si no llegas a atender una llamada de un familiar o de un amigo, usa un mensaje de texto para devolverles la llamada.

Se rápido en responder correo electrónicos, mensajes de Facebook o mensajes de textos de las personas que te interesan.

Esto reforzará inconscientemente que esta es la manera más rápida de contactarte.

Hoy en día un 77% de las personas tienen un teléfono movi de última generación.

Con este porcentaje, no hay razón por la cual la mayoría de tus amigos no pueda mandarte mensajes de texto o Whatsapp.

Si les dices claramente que no te gusta hablar por teléfono y demuestras que te pueden contactar rápidamente a través de métodos alternativos, entonces lo más proabable es que respeten tus deseos.

Esto puede resultar una quimera, pero yo realmente creo que no pasará demasiado tiempo para que las llamadas telefónicas de la manera que las conocemos sean una cosa del pasado.

Hasta ese momento, tendremos que tolerarlas.

Esperemos que los telemarketers no avancen con la tecnología.

 

Imagen via Shutterstock

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